Nombre científico: Tuber aestivum Vittadini
Nombre común: Trufa de verano
Familia: Tuberaceae
Temporada de recolección: De mayo a septiembre
Origen: Italia (Cordillera de los Apeninos)
Color exterior: Marrón oscuro con verrugas piramidales
Color interior (gleba): Beige claro a avellana con vetas blancas finas
Aroma: Suave y delicado, con notas a frutos secos, malta y champiñón
Sabor: Ligero, terroso, menos intenso que otras trufas como la melanosporum
Fresca: En frigorífico entre 0-4°C, envuelta en papel absorbente y dentro de un recipiente hermético, preferiblemente de cristal. Cambiar el papel cada 1-2 días. También es posible envasarlas al vacío con maquinarias adecuadas o guardarlas en un paño específico.
Duración: Hasta 10-14 días en condiciones óptimas. No se aconseja congelación porque pierde parte de su textura y aroma.
Se recomienda no cocinarla a altas temperaturas para preservar su aroma.
Es necesaria una limpieza externa con cepillos adecuados ligeramente mojados antes de servirlas a los comensales.
Se recomienda usar 10-14 g por persona.
Para potenciar su sabor se suele acompañar con un toque de mantequilla o aceite trufado.